
Los célebres cuatro artículos del Dr. Gallo en Science no contienen prueba alguna de aislamiento de un virus, y menos de que fuese la causa del sida. Pero no hacía falta. Los medios de comunicación, manipulados por el Dr. Gallo y los NIH para los que trabajaba, ya habían convertido en verdad pública y social mundial dos mentiras: que se hubiese encontrado un nuevo virus, el VIH, y que fuese la causa del sida...