
De 1975, logran la independencia las islas de Santo Tomé y Príncipe, país africano formado por varias islas localizadas en el Golfo de Guinea, específicamente al noroeste de la costa de Gabón muy cerca de la línea ecuatorial.
Los primeros europeos en llegar a las islas fueron los navegantes portugueses João de Santarém y Pedro Escobar entre 1469 y 1472 junto con Annobón. La primera colonización exitosa de Santo Tomé fue establecida en 1493 con judíos sefardies exiliados de España por Álvaro Caminha, que recibió la tierra como una concesión de la corona portuguesa. Príncipe fue colonizada en 1500 bajo un acuerdo similar. Para la mitad del siglo XVI, y con la ayuda de los esclavos, los colonos portugueses habían convertido a las islas en el principal exportador de azúcar de África. Santo Tomé y Príncipe fueron dominadas y administradas por la corona portuguesa en 1522 y 1573, respectivamente.
El cultivo de azúcar declinó en los siguientes 100 años, y por la mitad del siglo XVII, Santo Tomé pasó a ser poco más que un puerto de escala para barcos proveedores de carbón. A principios del siglo XIX, dos nuevos cultivos, café y cacao, fueron introducidas. Los ricos suelos volcánicos parecieron ser apropiados para la nueva industria de cosechas. Como consecuencia, grandes plantaciones (roças), apropiadas por las compañías portuguesas o terratenientes absentistas, pasaron a ocupar casi todo el buen labrantío. Para 1908, Santo Tomé había llegado a ser el productor mundial más grande de cacao, la cosecha más importante del país.
El sistema roças, que dio a los administradores de las plantaciones un alto grado de autoridad, condujo a los abusos contra los granjeros africanos. Aunque Portugal abolió oficialmente la esclavitud en 1876, la práctica del trabajo remunerado forzado continuó. En los primeros años del siglo XX, una controversia publicitada internacionalmente descubrió que los contratistas angolanos estuvieron sujetos a trabajos forzados y a condiciones insatisfactorias de trabajo. El desorden laboral esporádico y el descontento continuaron a lo largo del siglo XX, culminando en un estallido de motines en 1953 en el que varios cientos de trabajadores africanos murieron en un enfrentamiento con sus gobernadores portugueses. Esta "Masacre de Batepa" sigue siendo un hecho importante en la historia colonial de las islas, y el gobierno recuerda oficialmente su aniversario.
Para los últimos años de la década de 1950, cuando otras naciones emergentes en el continente africano estaban exigiendo la independencia, un pequeño grupo de santotomenses habían formado el Movimiento para