
De 1919, declara su independencia la República de Irlanda, país situado al noroeste de Europa Continental, en el lado occidental del Mar de Irlanda, al oeste de la isla de Gran Bretaña, y se encuentra rodeada por centenares de islas menores e islotes.
Los habitantes originarios de Irlanda eran cazadores y recolectores durante el período Mesolítico y usaban herramientas de piedra. Alrededor del año
Al final del siglo X, Brian Boru, el rey de un pequeño Estado llamado Dal Cais, conquistó a sus mayores vecinos y se transformó en el rey más poderoso en la mitad sur de Irlanda. Pero Mael Morda, rey de Leinster, comenzó a conspirar en su contra e hizo una alianza con Sitric, el rey vikingo de Dublín, quien consiguió ayuda de los vikingos de las islas Orkney y la Isla de Man. La batalla de Clontarf, cerca de Dublín, en 1014, terminó con la victoria de los ejércitos vikingos, pero éste murió en su carpa a manos de algunos de los que huían de la batalla.
Desde el 1 de enero de 1801 y hasta el 6 de diciembre de 1922, Irlanda como unidad perteneció al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. En 1919, la mayoría de los miembros del parlamento electos en la elección general británica de 1918 rechazaron sus asientos en la Cámara de los Comunes Británica. En cambio, establecieron un parlamento irlandés extra-legal llamado Dáil Éireann para rivalizar.
Este Dáil declaró la independencia en 1919 en nombre de la proclamada República de Irlanda, durante el Alzamiento de Pascua (Easter Rising). La república no obtuvo ningún reconocimiento internacional y condujo a la Guerra de Independencia Irlandesa, del Ejército Republicano Irlandés contra el Reino Unido. En 1921 representantes del gobierno británico y el Aireacht (gabinete) de la República Irlandesa negociaron un Tratado Anglo-Irlandés y crearon un nuevo sistema de autogobierno legal irlandés, conocido como dominion status.