
De 1956, obtiene la independencia Túnez, país situado al norte de la costa mediterránea africana.
En el territorio del Túnez actual floreció la ciudad de Cartago, fundada en el siglo VIII a. C. por tirios, que expandió su influencia sobre Sicilia, Iberia y otras importantes zonas del mar Mediterráneo, hasta entonces controladas por Grecia. Fue conquistada por el Imperio romano al ser derrotada en las Guerras Púnicas en el siglo II a. C. Cartago fue destruida y la influencia cultural asiática y africana en la actual Túnez fue mermada por la influencia romana.
El territorio del Túnez moderno fue administrado casi en su totalidad bajo el nombre de la provincia romana de África, y se convirtió en uno de los graneros de Roma. En el siglo V, los vándalos al mando de Genserico, invadieron la región. En el siglo VI, Belisario recuperó la región para el Imperio bizantino. En el siglo VII se convirtió en parte del Califato Omeya y abbasí, bajo el nombre de Ifriqiya, durante esta época se fundó la ciudad de Kairuán. Posteriormente los bereberes nativos alcanzaron el poder con el beneplácito del Califato Fatimí, y se derrocó la dinastía aglabí, colocándose en su lugar la dinastía de los Ziríes. En el 1045, los ziríes renunciaron al Chiísmo, y los fatimíes enviaron al Banu Hilal, una confederación de beduinos, a acabar con los ziríes.
En el siglo XIX los beys solicitaron grandes sumas de dinero como préstamo a Francia, que empezó a contemplar la colonización de Túnez. El 12 de mayo de 1881, Francia declaró a Túnez un protectorado, después de un acuerdo donde permitió la ocupación británica de Chipre, no obstante, mucho antes de esa fecha el gobierno bey tunecino había perdido su autonomía.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Túnez fue una de las colonias francesas leales al régimen pro-alemán de Vichy, y tropas alemanas se atrincheraron en su territorio, siendo atrapadas. Túnez continuaría bajo el control colonial de Francia después de la guerra y alcanzaría su independencia en 1956.